martes, 11 de noviembre de 2008


Una Nueva Esperanza… Para Chile


Luego del triunfo de Barack Obama en las elección presidenciales de Estados Unidos, Algo realmente histórico en política ha dado que hablar y el fenómeno Obama nos acompañará un buen rato como ejemplo de campaña, ejemplo de política, ejemplo de ideas, etcétera. No faltarán los que se sumen a ese triunfo, tanto de la izquierda, como del centro y la derecha en nuestro país; tampoco han faltado intentos de copia o imitaciones en las recién terminadas campañas municipales.

Pero mi reflexión va más allá de eso, va más allá de un tipo de campaña. Va mas bien en el pensamiento de cómo una persona sale de la nada sin que nadie se lo espere, logrando mover masas al mas puro estilo Rockstar y tener una votación histórica en participación. Más que comparar la diferencia de voto popular o voto de electores, es la cantidad de personas que ese día salieron a votar, tanto para que Obama no ganara o para que él fuese el próximo presidente de EEUU, sin desmerecer obviamente al senador Mc Cain.

En Chile la realidad es otra, la participación en las elecciones es cada vez menor, en especial del sector que fue, precisamente, el que Obama fue capaz de entusiasmar para que votaran: La Juventud.

Nuestro diagnostico es claro, la política se ha envejecido, los votantes se han envejecido, los funcionarios públicos, el gobierno y la oposición se han envejecido, algunos tienen puntos de vista mas críticos, otros creen que esto se resolverá solo, otros creen que la indiferencia es la respuesta, algunos creemos que talvez la alternancia re-baraje las coaliciones políticas y se de de forma natural la entrada de nuevas generaciones que llevan largo tiempo expectantes para que sea su turno para comer del plato del poder, del banquete “Estado”.

Esperar un Obama en Chile es un largo proceso,  si es que esperamos que nazca de los suburbios, pero podríamos nosotros llamar a nuestro Obama, pensar en nuestro Obama, no para las elecciones 2009 sino quizás para el 2013 o 2014 dependiendo de la duración de los periodos presidenciales (para mi deberían ser cinco años, pero ese es otro tema).

Podría nacer un Obama Chileno con ciertas diferencias claro, entre las cuales he decidido destacar las siguientes:

En Chile no existen diferencias raciales fuertes, no seria prudente compararla con las clases sociales, ni con las etnias aborígenes.

El Obama Chileno debería ser perfectamente dentro de la inmensa clase media, sin tener que diferenciarse por ser de clase media baja o clase media alta, mientras represente a la clase media en su conjunto, aunque no pertenezca al justo medio, necesariamente.

Nuestro Obama debería ser un profesional joven, un abogado, un ingeniero quizás un sociólogo,  que se destaque en el mundo académico,  ojalá con un postgrado fuera de Chile en alguna prestigiosa universidad. (Como un Piñera en los 90’, pero mas social)

El Obama Chileno no debe venir de la tradicional casta de políticos, ni deberá llevar años militando en los actuales y añejos partidos, deberá venir del mundo Independiente, mas allá del eje del SI /NO o de Allende/Pinochet o Alianza/Concertación; tampoco haber recorrido necesariamente el camino, Alcalde-Diputado-Senador hasta llegar a ser candidato, podrá salir de diputado o ministro a la contienda presidencial. No lo deberán ver venir. Deberá tener no mas de 40 años, lo mas cercano del mínimo constitucional, 35 años idealmente.

El Obama Chileno podrá plantear las buenas ideas que los políticos antiguos tienen, pero que a esta altura del partido nadie les cree. Deberá mezclar el ideario liberal con el rol social, que es en lo que la juventud de estas generaciones se destaca, interpretando el ADN generacional de los criados y nacidos en democracia.

El Obama Chileno quizás no gane, pero dará paso para nuevos Obamas, nuevos jóvenes, una nueva política, la política 2.0, necesitamos a ese Obama Chileno, que se atreva a tirar la carne a la parrilla, que tenga la valentía de enfrentar a los viejos políticos, a las viejas instituciones, a las viejas mañas políticas y que tenga el carisma y la cercanía para convocar a la juventud y darle una nueva esperanza a ésta.

Y una Nueva Esperanza… Para Chile.

 

No hay comentarios: